La Semana Santa

Es con la celebración del Concilio de Trento (1545-1563), cuando podemos marcar los inicios de la actual celebración de la semana de Pasión. Una celebración marcadamente barroca en la que la Iglesia, consciente de su valor catequético, insta a los fieles a poner en la calle lo que podríamos llamar “viñetas” de la Pasión, esto es, imágenes de bulto (fundamentalmente Cristos y Vírgenes, aunque sin renunciar a otros misterios y representaciones) y personajes bíblicos o representaciones que, a partir de cartelas o símbolos de su martirio, fuesen identificables por un pueblo esencialmente analfabeto.

Las primeras noticias sobre la existencia de figuras en Puente Genil nos las ofrece el Libro de Actas, Cuentas e Inventario de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. De ahí conocemos la existencia en 1661 de las figuras de Los Evangelistas, en 1662 de Los Apóstoles, Simón Cirineo y Sibilas en 1663, el Buen y el Mal Ladrón (1666), judíos… Hacia el último tercio del siglo XVIII aparecen las figuras de Los Profetas, de Adán y Eva, Abraham, Judas, Herodes, Pilatos…

Si bien es cierto que en los primeros tiempos eran los propios clérigos y hombres de iglesia, conocedores de la historia sagrada, quienes representaban los personajes del Evangelio, en un momento posterior es el pueblo llano el que ocupa ese mismo lugar.

Numerosos abusos rayanos a veces en la blasfemia, llevan a que desde mediados del siglo XVIII los obispos emitan una serie de decretos tendentes a la proscripción de estas representaciones. Puente Genil, entonces Puente de don Gonzalo, en unión de otras localidades cercanas plenamente identificadas con esos ropajes y figuras, se constituyen en pueblos desobedientes, dando lugar a numerosos conflictos entre el concejo de la villa y el obispado

 Mediada la segunda década del siglo XIX, y por mor del esfuerzo del obispo ilustrado Pedro Antonio de Trevilla, las figuras bíblicas comienzan a languidecer, siendo muy posible que dejasen de procesionar algunos años. No obstante, en la segunda mitad del siglo XIX resurgen con fuerza.

Como la imaginación de los hombres no tiene límites, aquellas buenas gentes de un recién bautizado Puente Genil, recurren a una argucia, como es hacer que las figuras queden fuera de la órbita de las cofradías y fuera, por tanto, del alcance de la iglesia y sus obispos. Surgen así unas asociaciones, ahora civiles, que se constituyen en propietarias y responsables de las figuras. La fusión de los dos grupos de armados existentes en la villa en 1871, da lugar al nacimiento del Imperio Romano; de 1875 data la fundación de Las Virtudes Cardinales; de 1878 la de Las Potencias del Alma; Las Virtudes Morales en 1883; de 1886 Los Profetas; La Judea, las autoridades Judaicas, en 1895; un año después El Pretorio Romano… Es el germen de las corporaciones bíblicas de la Semana Santa pontanesa.

“Mananta”

Es la palabra que se usa en Puente Genil para denominar a la Semana Santa y está más que presente en el día a día, desde el “Espíritu Manantero”, “Mananteros ejemplares”, “La Plaza de la Mananta”… Y tiene una curiosa historia detrás

Eduardo del Castillo y Parejo, más conocido como “Nené”, fue un pontanés que vivió a caballo entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, gran amante de la Semana Santa, los desfiles procesionales y todo aquello ligado al mundo cofrade. Nené padecía algún tipo de retraso mental que le afectaba entre otras cosas a su capacidad de habla, de modo que tenía dificiltades para pronuciar “Semana Santa” y de la manera de decirlo, quedó la palabra “mananta” que ya en su época se popularizó y a día de hoy se ha extendido hasta el punto de dar nombre oficial a la Semana Santa en Puente Genil.

Recopilación de fotografías históricas de la Semana Santa de Puente Genil, llevada a cabo por J.M.Ruiz

Espacio de la página de Turismo del Ayto de Puente Genil sobre la Semana Santa pontanesa