Cultos Cuaresmales
Como no podía ser de otra manera, las Cofradías y Hermandades de Puente Genil, además de promover la fe popular mediante sus desfiles procesionales, cumplen con su labor de predicar la Palabra de Dios, de promover el mensaje de Jesucristo, a través de los cultos que celebran en diferentes fechas del año, pero sobre todo en el tiempo de Cuaresma.
Unos cultos que nos preparan para vivir una Semana Santa que ya se siente, y que a buen seguro viviremos con mayor intensidad acudiendo a nuestros templos, escuchando a nuestros sacerdotes y, como no, los magníficos cantos de nuestra querida Schola Cantorum Santa Cecilia, cuyas graves voces nos elevan y nos acercan espiritualmente al mismo Hijo de Dios.
Al igual que las celebraciones en los cuarteles, los cultos cuaresmales se adelantan a la propia Cuaresma, y tres domingos antes del Miércoles de Ceniza, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de las Penas y la Reina de los Ángeles inicia este largo caminar por los pasajes bíblicos con su Función Principal, envuelto en el austero ambiente franciscano de la iglesia de Nuestra señora de la Victoria (Los Frailes). Toma el relevo, desde el jueves siguiente, el Triduo de la Cofradía de la Sagrada Cena de Jesús y María Santísima del Amor, que llena la Parroquia de San José de la presencia de Dios a través de la instauración de la Eucaristía. Y a la semana siguiente, son las Cofradías del Jesús en el Lavatorio de los Pies, y la del Santísimo Cristo del Calvario y Nuestra Señora del Consuelo quienes celebran sus Triduos, en la semana de Carnaval.
Una vez iniciada la Cuaresma, justo al día siguiente del Miércoles de Ceniza, tres Cofradías pontanas abren las puertas de sus templos durante cuatro días (Triduo y Función Principal) y nos acercan a Dios y a su Madre: la de la Reina de los Mártires y San Juan Evangelista, en el Santuario de Nuestro Padre Jesús Nazareno; la de Nuestro Padre Jesús en la Oración en el Huerto y María Santísima de la Victoria, en el Santuario de la Purísima Concepción; y la de María Santísima de la Amargura, en el exconvento de la Asunción (El Hospital).
La Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora del Mayor Dolor celebra su Triduo y Función en el Santuario de Jesús Nazareno, al tiempo que suenan las campanas de la Parroquia de la Purificación con la Hermandad de la Virgen de las Angustias, y la iglesia de la Veracruz se queda pequeña para venerar a María Santísima de la Esperanza, todo ello en la segunda semana de Cuaresma.
Dentro de la tercera semana, el martes da comienzo el Quinario que la Cofradía del Santo Sepulcro y la Virgen de las Lágrimas celebra en la Parroquia de la Purificación; se adelanta al miércoles en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen el Triduo del Santísimo Cristo del Silencio, un silencio que sienten los fieles del barrio de la Estación. Y ya el jueves, de nuevo en la iglesia de la Veracruz, Nuestro Padre Jesús Preso nos invita a estar junto a Él y escuchar su Palabra.
El turno de tres nuevas Cofradías llega en la cuarta semana cuaresmal: abre la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia su Quinario el martes, en la iglesia del exconvento de la Asunción, y el jueves inician sus respectivos triduos la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna, la Virgen de la Veracruz y el Cristo de la Sangre, en la iglesia de la Veracruz; y en la Parroquia de San José, Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, Nuestra Señora del Rosario y la Santa Cruz.
La penúltima semana antes de la Semana Santa es la de nuestro Patrón, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que abre las puertas de su Santuario a la espera de todos sus hijos, que como hormigas van y vienen a sus plantas, poniendo el broche con la Función de las Cien Luces el Domingo de Pasión, día en el que previamente, la Cofradía de San Juan Evangelista da culto al discípulo amado con su Función Principal en la ermita del Dulce Nombre.
Y ya en la semana de Pasión, las Cofradías de la Virgen de los Dolores, en el Santuario de Jesús Nazareno, y de Nuestra Señora de la Guía, en el de la Purísima Concepción, inician el martes sus triduos, que culminan en la Función del Viernes de Dolores. El Cristo de la Buena Muerte abre sus brazos a todo el barrio de Miragenil en la Parroquia de Santiago a partir del miércoles, con Función el sábado de Pasión. Y ya el jueves, la Virgen de la Soledad reina en el barrio de la isla con la celebración de su Triduo y Función el Domingo de Ramos, en las mismas fechas que la Cofradía de Nuestro Padre Jesús en su Entrada en Jerusalén y María Santísima de la Estrella llenan la Parroquia de San José de palmas, de ramas de olivo, y de jolgorio infantil ante los días que están por venir.
Una vez concluida nuestra Semana Santa, con el corazón lleno de vivencias espirituales y amor hacia el prójimo, será la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado y María Santísima de la Alegría, en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, con su Triduo y Función Principal los encargados de culminar los cultos y dar paso a las cofradías y hermandades de gloria.